Montblanc Nicolas Rieussec

Este mes también hablamos de relojes en Where is my tie? Y es que no dejan de salir modelos nuevos tentándonos para añadirlos a nuestras colecciones particulares. Por ello hoy os presento una autentica joya recién horneada por Montblanc (pincha aqui);  Montblanc Nicolas Rieussec Chronograph Open Hometime, lanzado con el objetivo de rendirle homenaje al ingenioso relojero francés el cual lleva su nombre y en conmemoración del 190º aniversario de la invención del cronógrafo.

Muchos de vosotros pensareis que casi todos los cronógrafos se parecen. Normalmente, cada uno tiene una corona en el lateral derecho de la caja, rodeado arriba y abajo por botones que controlan las funciones del cronógrafo. La esfera típica presenta una aguja grande para los segundos transcurridos y una o dos subesferas que marcan los intervalos transcurridos.

Pero los cronógrafos Montblanc Nicolas Rieussec, una familia que gana un atractivo miembro con el Nicolas Rieussec Chronograph Open Hometime, son totalmente distintos… En vez de dos botones rodeando la corona, estos relojes tienen un único pulsador a las “8” en punto: como  cronógrafo “monopulsador”, se puede iniciar secuencialmente con un único botón las funciones de inicio, parada y puesta a cero. Este único botón está ubicado en el lateral izquierdo de la caja, donde es conveniente tanto si  se utiliza con el pulgar de la mano derecha, como si está bien protegido al activarlo de modo inadvertido si se golpeara el reloj contra el borde de la mesa del despacho o contra cualquier otro objeto sólido.

Además, a diferencia de la mayoría de cronógrafos, este no presenta una gran segundera en elcentro de su esfera, si no que rinde homenaje a los primeros cronógrafos Rieussec de 1921 con un par de discos que giran de modo contrapuesto, uno de los cuales cuenta los segundos transcurridos en la parte inferior de la esfera, a las “8” en punto, y el otro cuenta hasta treinta minutos transcurridos, a las “4” en punto. Cuando ha finalizado el intervalo temporal, puede leerse el número de minutos y segundos transcurridos en estos discos comparando la posición de cada uno de los discos una vez detenidos con los índices fijos directamente por encima, estos, van fijados mediante un puente plaqué de oro rosa que lleva cojinetes de rubí para las puntas de las astas de las agujas de los segundos y minutos transcurridos.

Hora local y hora de origen para los trotamundos Además de todo lo anterior, su esfera de color antracita, ampliamente perforada, también tiene su propio estilo, fácilmente reconocible por su parte superior, en la que una subesfera descentrada muestra la hora estándar.

Sincronizado con la hora de origen, un indicador de noche/día se desplaza formando un arco por una ventana en forma de cola de cometa a las "9” en punto. La fecha aparece en una ventana a las “3” en punto y muestra la fecha en la zona horaria local. Otra abertura en la esfera situada entre los dos discos del cronógrafo, invita a los connoisseurs a admirar el embrague vertical de bajo desgaste, el tornillo del volante con su muelle espiral y la rueda de escape y su característico dentado.

Cuando el propietario sale de una zona horaria y entra en otra, puede cambiar rápida y fácilmente la aguja de las horas en incrementos de una hora tan solo girando la corona hasta que la aguja horaria apunta a la hora actual en la zona horaria en que se encuentre. Durante este proceso de reconfiguración, la aguja queda liberada del movimiento del reloj, por lo que la frecuencia del reloj no se ve afectada por este reajuste.

Centrandonos en los detalles, os adelanto que los distintos indicadores de hora, fecha y cronógrafo van adornados con unos espléndidos guilloché, también conocido como “grain d’orges”, que cambian continuamente de resplandor según la incidencia de la luz. Dos en la periferia de la esfera van marcados como "CHRONOGRAPH" y "NICOLAS RIEUSSEC cartouches". La belleza del estilo clásico de la esfera contrasta con la impresión de modernidad técnica que provocan los componentes del movimiento, que pueden ser vistos a través de la generosa parte visible del cronógrafo, entre los dos discos del tiempo transcurrido.