Para hacer la primera valoración gastronómica en Where is my tie?, me desplazo nada mas y nada menos que a
Burgos, mi ciudad natal y Capital Española de la Gastronomía en 2013. A lo largo de este
último año he oído mucho ruido a cerca de diferentes restaurantes, pero en
especial de uno, que resurgió de un antiguo restaurante mexicano, próximo a la
catedral de la ciudad y que por la mala gestión y su pésima comida hace ya unos
años desapareció.
Hoy en ese local, resurge EL
HUERTO DE ROQUE (C/ Santa Águeda 8, Burgos), un restaurante sencillo pero cuidado para no más de 40
comensales, cuyo eslogan vi al cocinero en su chaquetilla “Cocina de
Mercado”, el cual me hacia tener una idea de que era lo que me iba a encontrar,
comida elaborada y de la máxima calidad.
Dividido en dos estancias, nada
más entrar veremos una sala compuesta de unas cuantas mesas con sofás y
sillones retros y una barra donde podremos disfrutar de un vino de la zona
mientras esperamos para sentarnos, junto a esta encontramos el comedor en
tonos blancos y la cocina, en la que desde nuestro asiento podremos contemplar
como se elaboran los diferentes platos, el inconveniente de esto, el olor que
tras la comida queda impregnado en la ropa.
En el restaurante el precio es el
de un menú fijo a 15€ (iva incluido), muy comentado y valorado positivamente
por los clientes más asiduos a los que antes de ir había preguntado. En este
menú se puede encontrar platos de temporada y sus platos de mercado, compuesto
por cuatro primeros, cuatro segundos y tres postres. La carta de vinos he de decir
que es algo escueta, tras echarla un vistazo, no encontré más de 12 referencias
en tinto compuesta en su mayoría por tempranillos y otras tantas en blancos, mi
elección, Finca San Martín Crianza 2010, un vino muy afrutado, con ciertas
notas de cacao, vainilla y cedro, bien equilibrado y con sabor muy agradable.
Mi elección para la comida, un
plato de cuchara como primero; huevo a baja temperatura, con crema de judías y
jamón ibérico, armonía en lo sabores y punto de sal correcto. De segundo, opte
por algo más contundente, solomillo de cerdo con piña a la plancha y salsa
teriyaki, del cual no salí tan convencido como con el primero, el punto de la
carne no estaba pillado, y la verdad no encontré mucho equilibrio en el
conjunto del plato. Tras esa pequeña decepción con el segundo y con algo de
hambre pues la ración había sido algo escueta, decidí buscar la sorpresa en el
postre, tras hojear las tres opciones y saber que soy un fanático del queso,
opte por un cremoso de mascarpone con helado de yogurt y almíbar de azafrán.
La presentación, sencilla pero cuidada, plato hondo y una nota de color con una
pequeña hoja de menta. La combinación de sabores espectacular, las notas suaves
del yogur y el sabor del mascarpone aderezaban perfectamente con el almíbar de
azafrán, un almíbar dulce y con unas notas en el retrogusto muy agradables.
Destacar el mimo y cuidado con el que todos los trabajadores del restaurante tratan a la clientela, destacar la presencia no solo en nuestra mesa sino en la de el resto de comensales del dueño y cocinero, agradeciéndonos la presencia y preguntando por nuestra sensación en el conjunto de la comida.
Destacar el mimo y cuidado con el que todos los trabajadores del restaurante tratan a la clientela, destacar la presencia no solo en nuestra mesa sino en la de el resto de comensales del dueño y cocinero, agradeciéndonos la presencia y preguntando por nuestra sensación en el conjunto de la comida.
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El precio del Menú del Huerto de Roque es tentador y sinceramente creo que muy ajustado para una cocina de mercado, el detalle de la presencia del dueño y chef agradeciendo la visita y requiriendo nuestra opinión es todo un detalle a valorar, la ubicación, decoración, mimo y cuidado de la plantilla hacia la clientela también es algo inusual y singular, para (no olvidar) tratarse de un menú del día.
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